sábado, 11 de junio de 2011

A por Atún y a ver a Petri

A finales de esta semana hemos visitado La Venta Melchor, en el Colorado, Conil, al lado, con la finalidad de visitar a nuestros amigos Petri y Juan Carlos y aprovechando el viaje probar la "Quinta Sinfonía", plato de atún con el que Petri ha vuelto a ganar el primer premio de la cocina de atún de Conil. Y con este ya van cuatro, como las hijas de Elena (no eran tres, una aparece después, y embarazada, por qué estaba de erasmus en Europa) años ganando en cocina innovadora, que es la especialidad donde según el jurado, destaca sobre la clásica y sobre el resto de participantes.
Sobre el nombre ya he tenido mis debates con Juan Carlos, al no encontrar relación, al menos de bulto, entre el sordo de Bonn y el atún rojo de almadraba felizmente cocinado.
En lo que sí he llegado a un entente cordiale es al resultado final.
Desde mi silla de comensal, es probablemente la mejor preparación que he degustado de tarantelo de atún rojo. El tratamiento de cochura aliviado por la envoltura de la lechuga de mar, ha conseguido un seudotataki sorprendente y felizmente exquisito. El acompañamiento de lollo rosso, flor capuchina y lechuga de mar crujiente ha concluido en un plato espectacular que reitero, de las mejores elaboraciones de atún rojo que he probado y otra vez me he visto felicitando a Petri y si fuera creyente, agradeciendo al correspondiente, la existencia de esta magnífica cocinera.


Y aprovechando lo de ir a por atún y ver al duque, nos dimos un homenaje con atún sobre berenjenas ahumadas, revuelto de berenjenas y almejas, por cierto de una calidad casi olvidada y unos potajes de rabo de toro de los de "Lázaro, levántate y vete............y no vuelvas que vas a acabar con la olla.........jodío".




Todo ello, bien regadito con Gibalbín (Bodegas Barbadillo), que  afortunadamente nada tiene que ver con aquel primer Gibalbín al que la gaseosa era más necesaria que la copa de servir. Hoy, es bastante bueno, quizás porque se aprecia algo más la tintilla de Rota en su coupage.
En fin un día para quedarse a vivir en la Venta Melchor, o al menos hibernar.

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