lunes, 23 de enero de 2012

La Rusa Blanca..............tiene una manchita detrás de la barra

La Rusa Blanca, que no incólume

A mediados del pasado diciembre, se inauguró entre Sagasta y Cánovas del Castillo, la Rusa Blanca. Establecimiento que ocupa la antigua ubicación de La Fama, y que está regentado por un español y una rusa de la misma Rusia, ateniéndome a la información del afamado CosasDeComé de mi admirado Monforte.
Pues ayer domingo y con el ánimo de estrechar los vínculos hispano-rusos, acudimos a curiosear el lugar y catar la cocina si fuera ello posible que No lo fue.
Barra normal y pequeño salón a la derecha (Situación apropiada a los tiempos que corren) con un montón de mesas apretadas como un paquete de tizas y casi todas con su guiri correspondiente, constituyendo un crisol europeísta, multirracial y variopinto (Para el próximo carnaval, le escribo a Quiñones y le coloco al Suviela de foreman, en el mismo centro de la agrupación, con toda la purpurina de la droguería Galpa).
Ocupamos el extremo derecho de la barra (Optamos por esta situación por ser la única disponible, y por qué no decirlo, con la esperanza de que se nos pegue algo de los valores morales de la derecha güena de siempre), y esperamos a que el camarero de barra nos preguntara por el "¡Que va a ser!".
Notablemente ocupado, retrasó el grito de entrada hasta que quedó liberado y lanzó la pregunta: Fácil: una cerveza y un Nestí.
La cerveza era Alhambra de grifo que me gusta mazo (Con un mazo les daba yo a los de la Budweisser americana, pero eso es otro plato) y la sirvieron en copa, mientras que el Nestí lo sirvió directamente en un vaso de boca ancha el mismo camarero y ¡Ahí te cogí!.
El vaso estaba una jartá de sucio, y nos damos cuenta justo al levantarlo para darle el primer sorbo, y cuando el camarero ya estaba en el otro extremo de la barra. Esperamos hasta que se acercara por aquel tercio y le indicamos que el vaso, según evidencia, estaba sucio y con algo pegado. El todavía camarero, mira el vaso (Implica duda ante el cliente, y comienzan las cagadas) y sopesa la gravedad de la mácula y con gesto contrariado, busca otro vaso similar, lo eleva para que el trasluz identifique su pureza de lavado y (Aquí es donde la matan) VIERTE EL CONTENIDO DEL VASO GUARRO EN EL VASO LIMPIO, se gira con tal rapidez que no me da tiempo a decirle nada, quedándome con cara de gran Carajote de Cádiz.
Colocamos vasito y copa juntos y esperamos a que el Pollo, se acercara para pedirle la cuenta y cuando esto ocurre le comento:
"Al trasvasar el Nestí, ¿No ha sopesado que la suciedad del vaso podría estar en el interior de este y consecuentemente el líquido se habría contaminado?".
El pollo, indignado y no del 15-M precisamente, se descuelga con:
La mancha es por fuera y lo he manchado yo al coger el vaso del lavavajillas.
¡Olé tus cojones, pollo!. Además de tener las manos como el rabo de una vaca, tienes el mismo sentido de la profilaxis que una mosca cojonera...............y el de trato al cliente ni hablamos.
Y el pollo deja la coletilla: No le cobro el Nestí.
Amén.

Y ahora te vas y le buscas una goma de borrar, Milán si puede ser, y le quitas a la Rusa Blanca el manchón negro de las manos del pollo-camarero.
¡No, ni ná!

1 comentarios:

jasme dijo...

"El camarero le puso un vaso en tecnicolor, lleno de pringue de no arrimarle nunca el jabón"
30 años después seguimos igual.

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