Sin dudar que mis quejas a D. Remigio Blogger han surtido el esperado efecto y de nuevo los sienes y sienes de seguidores han vuelto a lucir en su cuadrícula correspondiente.
Esto me lleva a concluir que la causa de la publicidad consistorial, produce un efecto subconsciente, que a fuerza de tanto machacar, finaliza metiendo la puntilla.
Puntilla:
Durante la dictadura, la puntilla era el objeto punzante que daba "buen" fin al toro de lidia que no había sido matado por el estoque del matavacas de turno; también era, en Andalucía exclusivamente, la pieza metálica, larga y delgada, con cabeza y punta, que sirve para fijar o asegurar una cosa a otra, prácticamente y en aquella aciaga etapa, "todas las cosas a todas las cosas", recuérdese el dicho: "Con puntillas, martillo y alambre se arregla cualquier cosa".
En el caso que nos ocupa, puntilla corresponde al más explícito Sablazo de legislatura que dura cuatro años con pretensiones, muy acertadas, por cierto, de prorrogarse otros cuatro más, como es el caso.
Que me he liao y ya estoy pisando charcos, así que acabo recomendando una visita al Terra-Terra de la Avda. Juan Carlos I, frente a Los Polillas TaTaRaRaRí, y Vitaminarse y Mineralizarse con los MEJILLONES AL VAPOR que oferta Moisés y/o Verónica.
Pelotazo por derecho.
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