Tarta Tatín
La tarta Tatín surge a finales del siglo XIX en el Hotel del mismo nombre, ubicado en la población de Lamotte-Beuvron. Al parecer una falta de postres en el restaurante del hotel, produjo la anecdótica creación de la tarta más famosa de Francia.
La receta, por sencilla, es una genialidad. La singular combinación de manzanas, azúcar y mantequilla cubiertas por masa quebrada, concluyen en una tarta sabrosa y universal, convenciendo y agradando a todos.
No ha mucho pude ver su elaboración en el mismo hotel donde se creó. En pocos pasos la tarta queda expedita para dar buena cuenta de ella, y aun existiendo muchas variantes, redactaré la original, para que luego cada uno desarrolle su ingenio y la personalice.
Pelar y descorazonar 1 kilo y medio de manzanas verdes, cortarlas en gajos de tal forma que salgan unos 8 aproximadamente por cada pieza y verterlos en un moule con asa. Incorporar 125 gramos de azúcar y otro tanto de mantequilla pomada. Tapar el molde con una tapa de masa quebrada no muy fina y meterla por los bordes del molde, algo así como el remetido de una sábana con respecto al colchón.
Llevar a horno fuerte, unos 220º, y cocer por espacio de 20 minutos, lo justo para cocer la tapa de masa quebrada y esperar el aroma característico de manzana cocida.
Sacar del horno y llevar al fuego fuerte, haciendo girar por medio del asa, el molde hacia ambos lados en un movimiento de vaivén, para conseguir caramelizar el fondo y despegarlo al mismo tiempo de él.
Una vez conseguido, colocar un plato sobre el molde, girar el conjunto 180º desmoldando la tarta sobre el plato, et voilá.
La tarta Tatín lucirá tal que así.
Y ahora te vas a la pastelería más próxima y te compras una tarta de manzana chunga con glaseado industrial con origen en un surtidor de gasolina, un poné.
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