Andazul.
Quesería Superior.
El pasado miércoles, 2 de este mes de abril, que le quitaron a Joaquín
Sabina, acudimos, bajo un aguacero de lo más impresentable, a San José del Valle, tierra de caza,
agricultura, buen comer y gente cuya ilusión e imaginación pueden contra la
llamada y afamada "cosa" (Recuérdense los saludos gaditanos por
antonomasia que al inquirir sobre el estado general del interlocutor, este,
contesta con la manida expresión "la cosa está fatal". Pues a esa
desconocida "cosa" me he querido referir y aun no sé si lo he
logrado).
Haciéndonos eco de los consejos de mi querido amigo, Pepe Monforte, en su boletín del "CosasDeComé", organizamos una excursión para visitar a Ana Isabel Rosado, propietaria de la
marca recién fundada ANDAZUL que
casi lo dice todo. Artesana del queso y creadora de quesos azules de vaca y
cabra, así como de otro de pasta dura de cabra payoya que ella vende curado en
aceite de oliva o simplemente con su corteza natural y antes de publicar este
documento, ha recibido el primer premio de la VI Muestra Turística del Queso Artesanal de Andalucía, celebrada
este pasado fin de semana del 5 y 6 de abril en Villaluenga del Rosario, con el semicurado de cabra entre más de 61
variantes de queso de toda la comunidad, confirmando la calidad y la maestría
de la quesería ANDAZUL.
La sorpresa ha sido mayúscula. Con la de quesos que he probado a lo largo
de la dictadura y los treinta y tantos años que llevamos de democracia, nunca
había dado con algo semejante. Me gustan los quesos que están elaborados con
hongos. Ya saben el llamado "Penicillium" que le imprime el carácter
a estos quesos y que el más famoso es el roquefort, pero no por qué sea el
mejor, si no por qué es galo, y ya se sabe lo galo, gala. Y con la sombra de
Asterix sobre mi cogote, Ana, me da a probar el azul de leche cruda de vaca.
Experimento una agradable sensación gustativa repleta de multitud de sabores y
a ello me limito por qué la nariz, mi nariz, está como si tuviera una gaviota
en lo alto (No sé si entienden esto de la gaviota y mi guiño a esta gente de
pluma engrasada y pico amarillo a los que invitaría, a esta cata, un
poné..................¡por los cojones!), a pesar de ser de leche cruda, en
fin, cortita de olfato, me centro en las papilas y la textura cremosa y suave, calidad
propia, pero es en el sabor donde se aprecia una perfecta elaboración como corresponde
a esta cualidad, sabroso, de intensidad fuerte sin llegar a agresivo, pasta
blanda suave y muy untuosa, salino, muy poco ácido, ajustadamente salado,
persistente, muy persistente, tanto que te pide un miajón para acompañar al
regusto que te quedó en boca. Y aquí paro, así levanto un poco de incertidumbre
y os acercáis a San José del Valle (Más Valle que San José, sin duda) y
adquirís una partida de estos maravillosos quesos. Os garantizo que no habéis
probado nada igual.
El de leche de cabra, aun estaba por madurar, aunque debido a mi
insistencia probé y adquirí un buen trozo. Sin comentarios...........y te
quedas con las ganas de ponerle un piso a Ana o llevártela a tu casa para que
se distraiga haciendo este queso. Supremo, de esas cosas que te marcan, así son
los quesos de ANDAZUL.
No te lo pierdas y ya solo te quedará una cosa por hacer en la vida.
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