lunes, 7 de abril de 2014

Quesería Andazul. Proveedora del Olimpo


Andazul. Quesería Superior.

 


El pasado miércoles, 2 de este mes de abril, que le quitaron a Joaquín Sabina, acudimos, bajo un aguacero de lo más impresentable, a San José del Valle, tierra de caza, agricultura, buen comer y gente cuya ilusión e imaginación pueden contra la llamada y afamada "cosa" (Recuérdense los saludos gaditanos por antonomasia que al inquirir sobre el estado general del interlocutor, este, contesta con la manida expresión "la cosa está fatal". Pues a esa desconocida "cosa" me he querido referir y aun no sé si lo he logrado).

Haciéndonos eco de los consejos de mi querido amigo, Pepe Monforte, en su boletín del "CosasDeComé", organizamos una excursión para visitar a Ana Isabel Rosado, propietaria de la marca recién fundada ANDAZUL que casi lo dice todo. Artesana del queso y creadora de quesos azules de vaca y cabra, así como de otro de pasta dura de cabra payoya que ella vende curado en aceite de oliva o simplemente con su corteza natural y antes de publicar este documento, ha recibido el primer premio de la VI Muestra Turística del Queso Artesanal de Andalucía, celebrada este pasado fin de semana del 5 y 6 de abril en Villaluenga del Rosario, con el semicurado de cabra entre más de 61 variantes de queso de toda la comunidad, confirmando la calidad y la maestría de la quesería ANDAZUL.

La sorpresa ha sido mayúscula. Con la de quesos que he probado a lo largo de la dictadura y los treinta y tantos años que llevamos de democracia, nunca había dado con algo semejante. Me gustan los quesos que están elaborados con hongos. Ya saben el llamado "Penicillium" que le imprime el carácter a estos quesos y que el más famoso es el roquefort, pero no por qué sea el mejor, si no por qué es galo, y ya se sabe lo galo, gala. Y con la sombra de Asterix sobre mi cogote, Ana, me da a probar el azul de leche cruda de vaca. Experimento una agradable sensación gustativa repleta de multitud de sabores y a ello me limito por qué la nariz, mi nariz, está como si tuviera una gaviota en lo alto (No sé si entienden esto de la gaviota y mi guiño a esta gente de pluma engrasada y pico amarillo a los que invitaría, a esta cata, un poné..................¡por los cojones!), a pesar de ser de leche cruda, en fin, cortita de olfato, me centro en las papilas y la textura cremosa y suave, calidad propia, pero es en el sabor donde se aprecia una perfecta elaboración como corresponde a esta cualidad, sabroso, de intensidad fuerte sin llegar a agresivo, pasta blanda suave y muy untuosa, salino, muy poco ácido, ajustadamente salado, persistente, muy persistente, tanto que te pide un miajón para acompañar al regusto que te quedó en boca. Y aquí paro, así levanto un poco de incertidumbre y os acercáis a San José del Valle (Más Valle que San José, sin duda) y adquirís una partida de estos maravillosos quesos. Os garantizo que no habéis probado nada igual.

El de leche de cabra, aun estaba por madurar, aunque debido a mi insistencia probé y adquirí un buen trozo. Sin comentarios...........y te quedas con las ganas de ponerle un piso a Ana o llevártela a tu casa para que se distraiga haciendo este queso. Supremo, de esas cosas que te marcan, así son los quesos de ANDAZUL.

No te lo pierdas y ya solo te quedará una cosa por hacer en la vida.

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