jueves, 3 de mayo de 2012

Jornada de Alcauciles romanos en la Venta Melchor


4 días de Alcauciles en la Venta Melchor

Mi madre me decía, con esa profundidad y gravedad de voz que solo las madres suelen tener,: "Come verduras, que es muy sano".
Y ahora, al cabo de los años, me lo estoy tomando al pie de la letra. Así que acudo al Colorado y visito a mis amigos Petri y Juan Carlos, de la Venta Melchor, ¡Cómo no!.
Unas jornadas, pocas, solo cuatro días de fiesta y celebración del alzamiento madrileño del 2 de Mayo, han durado estas fechas de Alcauciles de Conil.
Una verdura excepcional, poco valorada si nos atenemos a la ponderación que dan otras regiones españolas a sus productos de muy inferior calidad y que anuncian, ofertan y valoran como si fueran cultivados en el mismísimo Paraíso y servidos por un ángel..........sin sexo por supuesto.


El alcaucil romano (Cynara cardunculus) de Conil, es peculiar, de tamaño mediano, tierno, jugoso y de un sabor que nos sumerge entre tierra recién  llovida, yerba cortada, una mijita de regaliz, otra de dulzor y un atracón de huerta fresca.
En estas fechas, y gracias a la meteorología reinante, están en su punto álgido y explosivos de maduración. Junto a los chícharos y habitas, la huerta conileña, ofrece en estos momentos una proposición capaz de hacernos vegetarianos a todos.(Veganos, si nos atenemos al término anglosajón, cursi de cojones y de fonética "premiada".......con las dos manos).
Con estos antecedentes, a tumba abierta, nos hemos puesto en manos de Petri, que nos ofreció casi toda la carta de estas jornadas.


Comenzamos con unos Alcauciles en Escabeche, viejos conocidos y que siempre me sorprenden por su entrañable sabor a especias, pimentón y vinagre de solera, bajo una textura suave y delicada y tímidamente melosa, envuelta en un incomparable aceite de oliva virgen extra.


Seguimos con unos Crujientes de Alcauciles con Jamón, conseguidos con una pasta brick que aporta el atractivo crujiente, mientras envuelve a un trocito de alcaucil, con una picadita de jamón, mientras el conjunto se baña con cebollita rehogada, jamón y crema. Sencillamente superlativo.


Aprovechando las excelencias de los huevos de la zona, criados con maíz y trigo, nos degustamos con unos Huevos de Corral embarcados en Alcauciles fritos. Un escalón al Paraíso. La melosidad de la yema de huevo sobre el alcaucil frito, tierno y algo crujiente, y con tenue sabor a huerta, nos obligó a terminar con el pan y a corroborar que, en esta ocasión, la sencillez de un plato lo hace sublime.


Avanzamos con un clásico de la provincia: Alcauciles con Chícharos y Habas. Sano, entrañable y que nos dejó con las ganas de declarar a Petri..........¡Mamá, que rico está!.


Un poco de cuchara siempre sienta bien y en la V. Melchor es requisito inamovible, así que nos glorificamos un Estofado de Papas y Alcauciles en Amarillo. Plato tradicional, meloso y de nuevo, motivo de añoranza infantil. Pelotazo de plato que no presenta dificultad de elaboración, pero cuando se ejecuta como lo hace Petri ...........AirQueMamar (Cia. aérea gaditana).


Una Fritada de Tomate y Alcauciles Morados, nos situó de nuevo entre corrales y huertas, y otra vez a pedir pan. El tomate frito, cuando está en su punto, es una pequeña explosión de sabores de amplia gama, gusta a todos y es capaz de sacar una sonrisa al mismísimo Montoro, el Tijeritas del DondeDijeDiego....


Y para no caer en el extremismo ese de "vegano", nos rematamos con un Guisado de Retinta con Alcauciles, de salsita espesita, con una puntita de clavito, vino de Chiclana y el sabor de un guisote de carne en toda la extensión de su definición.
Después de todo esto, aconsejaría a la Merkel, esa teutona, que se acercara un diíta a la Venta Melchor, hablara con Juan Carlos, y se pusiera en las manos de Petri.
En media hora se acabaría el déficit, los ajustes, la prima de riesgo, la hermana del desvío y su puta madre, con perdón, pero su puta madre a pesar de ello.
Y ahora te vas al Burriquín y te pides una "burriconada", para que en un par de años se hagan con tu colesterol vuelos estratosféricos.


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